Comando Escribujo


Mira que avisamos, pero nadie nos hizo caso. Y ahora nos llaman locos, mercenarios, rebeldes, asesinos... Pero como decían los viejos de mi pueblo, "el que avisa no es traidor, es avisador".

Aceptamos estudiar en un sistema precario. Y no nos quejamos. Después nos sumergimos en un mercado laboral que nos odiaba. Que no nos ofrecía oportunidades. Y no abrimos la boca. Nos limitaron las coberturas sociales a todos los niveles. Y seguimos tranquilos. Nos exprimieron a impuestos para financiar las corruptelas de políticos y banqueros. Y aún así permanecimos calmados. Pero nos tocaron la fibra sensible. Les dimos el brazo y se cogieron el cuerpo entero. No respetaron el único espacio de nuestra existencia que considerábamos inviolable. Las series Online Gratis.

El Escribujo del Pirata Gafapasta

La vida del pirata siempre ha girado en torno al Grog, los tesoros y el mar. Algunos autores los han pintado de forma poética. Como caballeros de honor. Pero este mito no puede estar más lejos de la realidad. El verdadero ambiente entre los bucaneros era tosco y peligroso. Un entorno en el que si mostrabas un punto débil, eras devorado. Donde te pasaban a cuchillo sólo por el hecho de que mostrases una flaqueza física o emocional. La vida no valía nada.

Entre estos personajes destacaba el capitán de una pequeña Goleta, pero con fama de indestructible, que era conocido por su coraje y su fiereza. Se trataba del Capitán Bloodbadfat. Los marineros más viejos de la cantina dicen que navegó por todo el Caribe con el famoso Guybrush Threepwood, y antes de que este se retirase a los cabos de Florida, donde montón una tienda de Benetton, le nombró capitán de su barco. Este barco lo perdió apostando contra los Harlem Globetrotters, pero acumuló de nuevo una pequeña fortuna recogiendo las monedas que la gente echaba en las fuentes, compró la Goleta y desde entonces se le considera el azote de los siete mares.

Escribujo contra los Zombies


Cuando todo empezó no le dimos importancia, y cuando nos dimos cuenta de las dimensiones del problema ya era tarde para pararlo.

Meidaset llevaba años intentando atraer a espectadores para sus cadenas de televisión. Primero probaron haciendo buenos programas, pero este sistema requería esfuerzo y talento, así que fue desechado. Pusieron en práctica el reclamo del sexo, y aunque no les fue mal, la legislación les impedía mostrar todo lo que necesitaban para tener los datos de audiencia que se habían marcado. Desde el departamento de Investigación dieron con una mina de oro. Se llamaba Gran Hermano, y gracias a ello podría tener a la gente pegada a la tele por poco dinero. No sólo con el programa en sí, sino que el resto de la parrilla podría girar en torno a este programa, y así no tener que invertir en contenidos. Esto lo combinaron con el desarrollo de robots con aspecto humano a los que llamaron "Los Vázquez". Con solo tres robots (Paula Vázquez, Jorge Javier Vázquez y Jesús Vázquez) podían presentar todos los programas que giraban en torno a Gran Hermano. Esta fórmula funcionó durante años. La gente no necesitaba pensar, solo ponerse delante de la pantalla. Pero desde Mediaset querían más.

La increíble Historia de Alejo en Escribujo


A simple vista se podría pensar que Alejo tenía los brazos muy largos para su cuerpo, pero no era así. De hecho lo que realmente pasaba era que tenía el cuerpo muy pequeño para sus brazos. ¿Como pudo ocurrir esto? La historia de su deformidad es aún más increible que la deformidad misma. 

En 1983, los padres de Alejo disfrutaban de unas merecidas vacaciones en un complejo turístico siutuado en la costa de Florida, cerca de Tampa. Alejo, que apenas tenía 4 años, les acompañaba. El hotel en el que se alijaban era uno de esos de "todo incluido", y ya habían explotado todas las posibilidades que les ofrecían. Windsurf, Submarinismo, Viaje en Catamarán, visita al Museo de pinturas hechas con la boca y con los pies... Les quedaban tres días de vacaciones y ya no había más actividades que realizar. 

La Guerra del Escribujo


Llevo dieciséis meses y catorce días perdido en este desierto. Trece meses desde que perdí contacto con mis compañeros, y por lo menos ocho desde que no me cruzo con ningún tipo de forma de vida. Y a cada momento me pregunto el porqué de mi desolada travesía. Con tan sólo diecisiete años me presenté como voluntario en la oficina de reclutamiento. Mentí sobre mi edad y me alisté en el ejército de tierra de Europa. ¡Que gran error! Mira que mi madre me lo dijo. "Termina la EGB y hazte un FP". Pero yo quería viajar. Y el ejército me ofrecía la posibilidad de conocer este mundo y algunos otros.

En la academia destaqué muy pronto entre mis compañeros. Con tan solo 20 semanas de adiestramiento me destinaron al Pelotón Mecanizado de Reconocimiento Primario. Más conocido como "Los Robots". Se trataba de una unidad de avanzadilla de élite. En un primer momento se componía de máquinas no tripuladas controladas a distancia, pero unos accidentes en el centro de investigación de Inteligencia Artificial, hizo que se cambiaran los planes. Se desarrollaron unos trajes mecánicos, que más bien podrían considerarse vehículos antropomorfos, pilotados desde el interior por los soldados más destacados. La misión de mi pelotón era ser los primeros en llegar y preparar el terreno para el grueso del ejercito.

Hace aproximadamente un año y medio nos destinaron a Rigel 8, un planeta del que nos dijeron que estaba dispuesto a invadir y destruir la tierra, por lo que debíamos anticiparnos para destruirlos antes de que ellos nos atacaran. Pero debido a experiencias anteriores, todos sospechábamos que lo que se perseguía realmente era acceder a las grandes reservas de los yacimientos Grafeno y Fosfatos del planeta. Esto lo confirmamos cuando llegamos allí y vimos que Rigel 8 estaba poblado por tribus nómadas, con un desarrollo tecnológico similar al que teníamos en la tierra en el siglo 4 AC

Nuestras órdenes eran claras. Exterminar a todo lo que se moviese y defender las minas de Grafeno. Pero todo salio mal. Los rigelianos no presentaban batalla. Dejaban que los aniquiláramos sin tan siquiera protestar ni intentar defenderse. Un grupo de la sección décimo primera del quinto ejército nos negamos a seguir matando sin sentido. Otros intentaron forzarnos a seguir cumpliendo órdenes, lo que pronto desembocó en un conflicto dentro de la tropa. Casi todos los soldados del Pelotón Mecanizado de Reconocimiento Primario defendimos a los indígenas y fusilamos o apresamos a aquellos que se ponían en nuestro camino. Pero cuando el mando central se enteró mandó al ejercito blindado para disciplinarnos. Esa disciplina consistía ejecutarnos, así que no nos quedó mas remedio que huir al desierto. Durante los primeros meses permanecimos juntos, y los habitantes de Rigel 8 nos ayudaban y alimentaban. Pero cuando empezaron a surgir traidores que nos querían vender nos dispersamos.

Y ahora estoy aquí. Mis reservas de alimento están prácticamente agotadas, casi no me quedan fuerzas y estoy a punto de caer en la locura. En mis noches de delirio hablo con mi madre y le digo la razón que tenía. Ella me cuenta lo bien que le fue a mi primo con el FP. Había montado una franquicia de Carglass, y ganaba mucho dinero cambiando cristales. Yo le cuento que pronto volveré a casa. Pero ella y yo sabemos que mi casa es mi robot. Mi casa y mi tumba.