Desde que tengo memoria, en mi casa se habló de occidente como el infierno. El Capitalismo era sinónimo de injusticia y represión. Supongo que nuestro odio se incrementaba por la represión que sufríamos en la Unión Soviética. Si el Capitalismo era peor que lo nuestro, debía ser horroroso.
Ya siendo niños, éramos adoctrinados en el amor a la madre patria y el odio a todo lo que oliese a occidental. Yo siempre fui un chico espabilado. Se me daban bien los deportes y era un excelente estudiante. No tuve problemas para conseguir un puesto de administrativo en prácticas en el servicio de inteligencia soviético (el famoso KGB). Poco a poco fui ascendiendo hasta que un día me comunicaron que, oficialmente, me había convertido en un espía.
Como era costumbre, me fueron asignando casos menores. Perseguir a pequeños disidentes, investigar a periódicos subversivos, reprimir movimientos contrarrevolucionarios y esas cosas. Mi labor era intachable. Nunca fallaba. Lo que me encargaban se resolvía de manera rápida y eficaz. Así que un día, el Camarada Responsable de Contraespionaje me llamó a su despacho. Me dijo que me iban a asignar una de las misiones más importantes y prioritarias. Resulta que un espía del MI5 (servicio de inteligencia Británico) estaba causando estragos en las misiones del KGB. Era de vital importancia quitarlo de en medio. Y yo sería el encargado de neutralizarle.
Me puse a ello. Era una labor dificultosa seguirle los pasos, ya que era realmente bueno. Su verdadero nombre era James Bond (Jaime Enlace), y su alias era 007. Me metí en su cabeza y por fin le tuve a tiro en una playa de Montecarlo, pero se giró de repente y me disparó. Caí redondo. Por suerte sobreviví al encuentro y me puse a mi tarea de nuevo. Pero el resultado fue el mismo.
Ya me ha ocurrido en 22 ocasiones y mis compañeros empiezan a burlarse de mi. Tengo el cuerpo forrado de cicatrices, pero no me rindo. Lo he vuelto a localizar en Skyfall y no se me escapará. Si es necesario lo descuartizaré con mi Machinchete, pero esta vez la sangre que correrá no será la mía.