Hacía tiempo que nadie sabía de ellos. Los más viejos del bar contaban historias y aseguraban que Habían muerto de éxito. Al igual que otras de las grandes figuras públicas que habían tenido un ascenso explosivo, como Amy Winehouse o Ramoncín, no supieron gestionar su fama, y sucumbieron bajo su peso.
La última vez que alguien vio a Iñaki en público fue en un bar de striptease, donde, con un aspecto desaliñado, introducía billetes de 100 euros en el tanga de una bella mujer del este. Se dice que después de esto entró en una clínica de desintoxicación para tratar una peligrosa adicción a los caramelo Pikota, que estaba destrozando su salud y acabando con la fortuna que había ganado escribiendo en el blog Escribujo. Se habla de que la víspera del día mundial del Pueblo Gitano, se escapó por la ventana de su habitación y se perdió corriendo en camisón por entre los árboles del bosque que lindaba con la clínica. Uno de los enfermeros que le vio fugarse, asegura que mientras galopaba por la arboleda se le oía gritar "¡¡¡Por el poder de Hanna-Barbera!!!".
El caso de Yorch es todavía peor. Existen varias versiones sobre su destino. La que han dado los periodistas del papel couche es que había perdido millones jugando a la bolsa. Cuentan que uno de sus más cercanos amigos, cuyas iniciales eran E R L, le aseguró que el LaserDisc volvía fuerte, y que era el momento de invertir en ello. Yorch, tan estúpido como rico, utilizó todo su capital para hacerse con el control de esa industria. Pero resultó que lo que volvía fuerte era el MiniDisc. Lo perdió todo, y se dice que se retiró como monje en la Iglesia de la Cienciología.
La versión de diferentes personas cercanas a él era más desgarradora Según ellos, una vez alcanzado el techo del mundo sólo le quedaba un camino. Precipitarse al suelo. Imitando el argumento de su película favorita "Qué asco de vida", hizo una apuesta con Yandar, de Yandar y Yostin, uno de sus nuevos amigos millonarios. La apuesta era que debía sobrevivir un mes como un mendigo y doblaría su fortuna. Pero si no era capaz lo perdería todo. Dos días después era adicto al vino peleón, vendía La Farola y había olvidado quién era. Ahí se le perdió la pista para siempre.
Pero hoy, en un callejón oscuro de una ciudad perdida en la meseta manchega, dos hombres se reúnen entre las sombras. Susurran proyectos de levantar de nuevo un imperio. Las heridas de la vida reflejadas en sus rostros, muestran sus almas rotas por acontecimientos salvajes. No hay sonrisas ni colores, pero el brillo de sus ojos dan luz a la ilusión, al talento y a la determinación de ser grandes de nuevo. Uno escribe, el otro dibuja, y los dos comenzarán una nueva revolución neocreativa que hará temblar los cimientos del mundo audiovisual OnLine.
Gracias por volver monstruos!!
ResponderEliminarYa era hora, guapetones,
ResponderEliminarSIIIIII!!!! Vuestras legiones esperaban pacientes y esperanzadas!
ResponderEliminarYa estábais tardando....
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