El placer según Escribujo

Hoy nadie más existe. Ni esforzándome por escuchar o percibir la existencia de mis semejantes, logro diferenciar voces o sonidos humanos. Solo se escucha un pájaro cantar o como el viento mueve lentamente las ramas del chopo sobre el que apoyo la espalda. Y de vez en cuando el roce de mi ropa cuando cambio de postura. A parte de eso nada más.


Mis pensamientos son tan claros que parece que hablo en voz alta conmigo misma. Hace tiempo que no sentía esta paz. En principio iba a jugar al Candy Crush, pero el plácido calor de los rayos de sol que se filtran entre el follaje de las árboles solo invitan a dejar la mente eblanco. La humedad de la hierba me ha calado el pantalón, y aunque aún hace fresco a la sombra, no me incomoda. De hecho paseo las yemas de los dedos entre las hebras de césped, y admiro las gotas de rocío que brillan en mis manos.

Hoy más que nunca recuerdo las palabras del profesor Savater. La verdadera felicidad está en esas pequeñas cosas. No cuestan dinero y están a tu alcance. Solo debes aprender a encontrarlas y hacerlas tuyas. Desde entonces he buscado el placer cotidiano. Ese que casi damos por hecho. Ese que hace que la vida merezca la pena en cada instante.

Leer un libro, la buena compañía, volver a escuchar esa canción, las croquetas de mi madre, reventar las burbujas de un plástico de embalar, que llueva cuando estás en casa, lamer la tapa de un yogur, despertarte en mitad de la noche y ver que queda mucho para la hora de levantarte, poner un espejo delante de otro espejo, dibujar con el dedo en el terciopelo, encontrar un billete en un pantalón, el olor del césped recién cortado, caminar sin zapatos por la arena, poner las manos en el radiador al llegar a casa un día de invierno, una ducha de veinte minutos, jugar con un perro, encontrar una moneda, chupar el azúcar de una gominola hasta dejarla lisa, comer pipas, quitarse la pelusa del ombligo, recibir un dibujo sobre el que escribir en un blog... 

1 comentario :

  1. Lamer la tapa del yogur...Mmmmmm. Ni mi YO madre perdona ese placer; YO abro los yogures y YO chupo las tapas...tonterías, las justas.
    El primer sorbo de una lata de CocaCola recién abierta!
    Pisar hojas secas en otoño, dar una patada a una piedrecita del suelo y que salga disparada.
    Me ha inspirado! Genial

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