Estoy triste y enfadado con el mundo, y con mi aspecto. Al principio sólo me transformaba cuando algo o alguien me tocaba las pelotas. Algo dentro de mi empezaba a encenderse. Un calor abrasador se iniciaba en el pecho y, poco a poco, se extendía por todo el cuerpo. Y de un pobre chico enclenque me convertía en un bigardo de dos metros y medio. En cuanto me calmaba volvía a ser el de antes.
Aunque tenía ciertas ventajas (nadie se atrevía a meterse conmigo, y era bastante respetado en el patio) eran muchos más los inconvenientes. Para empezar, digamos que no era el más popular entre las chicas. A pesar de que siempre he valorado la soledad como un regalo, me hubiese gustado poder participar en el juego del tonteo entre chicos y chicas que se da en la adolescencia. Pero mi aspecto, o mi potencial aspecto en este caso, unido a que mi madre, harta de estar arreglando la ropa que destrozaba, me vestía completamente de Lycra super elástica, no me hacían ser el centro de las atenciones de las féminas.
Como mi soledad me entristecía y me enfurecía a la vez, mis metamorfosis en el monstruo verde cada vez eran más asiduas y más duraderas. Como la pescadilla que se muerde la cola, esto me hacía estar más triste y más enfurecido, lo que hacía que me transformara más veces y más tiempo, etc... A día de hoy llevo siete años y cuatro meses de transformación. Después de tanto tiempo me cuesta imaginar como será mi cara en estado normal. ¿Cómo serán mis ojos? ¿Me habrán salido arrugas? ¿Cómo me quedará la barba? ¿Habré echado barriga? Parecen cosas triviales, pero muy importantes para mí.
Ahora me levanto un día más. Me toca ir al trabajo. Ese trabajo en el que estoy solo y a oscuras, levantando paquetes muy pesados de un lado a otro. El único que he podido conseguir por culpa de mi maldición. Esto me entristece y me enfurece. Creo que nunca me libraré de lo que soy.
No es una maldición,eres la persona más ecológica del sistema constituido por los seres vivos existentes. Y !!! si ¡¡¡¡ como todo viejo verde, habrás echado barriga y seras un mirón.
ResponderEliminarOh... genial.
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