Escribujo de Kafka

Sin duda este era un amor incomprendido. El resto de las cucarachas de la calle señalaban a Otto, y murmuraban cuando le veían acercarse al Zapato. Unos hablaban de fetichismo. De todos es sabido la atracción sexual e irracional que algunas personas sienten hacia los zapatos. Según otros su amor iba más allá de caprichos sexuales. 

En más de una ocasión se le había escuchado afirmar que era un mocasín atrapado en el cuerpo de una cucaracha. Los más progresistas no se cansaban de repetir que era algo natural. Que cada uno se enamora de lo que se enamora. Otros veían lo peligroso de esa relación, ya que se decía que ese zapato había pisado a más de una, y más de dos, de las compañeras de Otto. Como hemos dicho ya, la gente hablaba. Unos atacando y otros defendiendo. Unos comprendiendo y otros rechazando. 

Y después estaba Otto. No le importaba lo que decían. No les prestaba atención. Su corazón sólo palpitaba con ese sonido tan característico que hacían sus tacones cuando golpeaban contra el pavimento. Él era feliz, y lo demás daba igual.

1 comentario :

  1. el zapato, es un arma letal contra las cucas y Otto es muy inteligente, existe un dicho que dice: si no puedes con tu enemigo, únete a él.

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