Escribujo del Honor y la Ciencia


Al verle de pie, con las alas extendidas sobre la azotea, la gente pensaba que estaba loco, o que había hecho una apuesta estúpida. Pero la realidad es que era un estúpido que había hecho una apuesta loca. 6 meses antes, en el club de caballeros de Whitendale, un artículo aparecido en el Daily Post había desencadenado una calurosa discusión entre Lord Blackpool y el Duque de Restroom. El periódico hacía mención a un estudio presentado por la Sociedad Científica, que aseguraba que un objeto más pesado que el aire jamás podría llegar a volar. Lord Blackpool, que era un fanático de los estudios de Leonardo DaVinci, defendía sus teorías sobre sustentación de los ataques y mofas del resto de los caballeros que esa tarde se congregaban en el salón principal. En un arrebato llegó a decir que, por su honor, conseguiría volar antes de la llegada del otoño. El duque le tomó la palabra.

Cualquiera podría pensar que en ese mismo instante se encerró en su despacho para hacer cálculos y bocetos, pero no fue así. Lord Blackpool es un apasionado de la lectura, pero es poco amigo del esfuerzo. Fue dejando pasar los días con el clásico "Ya empiezo mañana". Y, sin casi percatarse de ello, se plantó en la fecha señalada sin haber hecho ningún tipo de prueba. Pero se armó de valor, y con unas rudimentarias alas de tela y madera, se dispuso a probar sus teorías o morir en el intento. No titubeó ni un instante en dar el salto, y cayó a plomo sobre el empedrado de Freedom Street, partiéndose la columna en tres trozos. Cuando su mayordomo William se acerco a socorrerle, lo primero que le dijo fue: "Para el próximo intento tendremos que buscar aire más pesado".

3 comentarios :

  1. Muy bueno,me encanta,Iñaki,Jorge sois unos mostruos. por cierto, suerte que no se rompió el craneo y me imagino que seguiría practicando

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