Escribujando un Super Sentai

¡Ah! los recuerdos. La juventud pasa tan rápido que, mientras la vives parece infinita, y un día te das cuenta de que quedó atrás hace tiempo. Parece que fue ayer cuando encontré mi primer trabajo. Yo estudiaba en la Academia Espacial, y la verdad es que no era el alumno más brillante. Pero mi relación con el profesor Bias era buena, así que me puso bajo su protección y me nombró asistente personal de Aerocondor (El Biomán Rojo). Con mucho esfuerzo y trabajo llegué a ser uno de ellos. Una especie de doble en las escenas de acción. Cuando alguno de los Biomán no podía asistir a una lucha, ya fuese por estar enfermo o porque se había acostado tarde la noche anterior, yo le sustituía.


El trabajo era peligroso aunque agradable. Pero al no ser oficialmente un Biomán, no tenía reconocimiento público ni los beneficios sociales de la empresa, Como tickets restaurante o seguro dental. Así que me propuse cambiar de empleo.

Un día, navegando por InfoJobs, vi una oferta de trabajo que me llamó la atención. Pedían gente con madera de héroe y sin miedo a enfrentarse a Lagartos gigantes. Había que presentarse ante un tal Zordon con un Curriculum Vitae actualizado y una foto de carnet reciente. Después de superar unas pruebas físicas, intelectuales y un test de nivel de inglés, pasé a formar parte oficialmente de los Power Rangers.

En un primer momento nos dejaron elegir color, pero como todos queríamos ser el rosa, Zordon acabó por sortearlos. A mi me tocó ser el azul, que aunque no era mi favorito, tampoco me disgustaba.

Con mi experiencia en Biomán no me costó integrarme en el equipo. El trabajo, a priori parecía peligroso, pero en realidad era baste sencillo y seguro. Teníamos dos tipos de oponentes. Los Masillas, que erán excesivamente fáciles de matar, ya que ellos sólo se dedicaban a brincar a nuestro alrededor, y en cuanto les tocabas el pecho desaparecían, y los monstruos gigantes, que aniquilábamos con máquinas. Lo que en principio sería un empleo emocionante acabó por se rutinario y aburrido.

Cuando llegué a la edad legal para la prejubilación me acogí a ello y me retiré a vivir a un pueblo de La Mancha llamado Calzada de Calatrava, donde he pasado los años de mi vejez apostando mi patrimonio a cara o cruz con los labriegos del lugar. 

Aunque si la humanidad lo necesitase volvería a vestir mi traje de lycra azul para luchar contra aquellos que quieran destruir Japón con monstruos gigantes.

1 comentario :

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