Escribujando el Sol al Sol

Hoy me lo tomo de vacaciones. Llevo miles, que digo miles, millones de años sin descansar ni un solo día. Jornada tras jornada currando desde el amanecer hasta el ocaso. Pero ahí no queda la cosa. Cuando todos duermen y no me ven, yo sigo dando el callo. Que también hay que iluminar y calentar la otra parte del mundo. Y si por lo menos fuésemos dos, pues nos podríamos turnar de vez en cuando. Me he perdido todas las comuniones de mis sobrinos por culpa de este trabajo tan esclavo. Y me compré un chalete en Santa Pola que aún no he pisado.

Este ritmo es inaguantable. Ya sé que el planeta necesita luz, calor e incluso mi fuerza gravitatoria para que la vida se mantenga. Pero es que para que todos los humanos tengan vida tengo que renunciar a la mía. De hoy no pasa. Voy a llamar a la Luna por si se quiere venir, aunque esta siempre sale de noche y se acuesta a las tantas. Yo me voy de paseo por los montes de Toledo, que con lo que ha llovido y el trabajo que me han dado, deben estar increibles. Y si me cuesta el empleo pues me busco otro.